Más sobre el caso de Lydia (el caso real)

LYDIA ES UNA QUIMERA – LECCIONES ARGUMENTATIVAS PARA ABOGADOS

Lydia Fairchild tenía veintiséis años, dos hijos y otro en camino. Como estaba desempleada solicitó asistencia pública al estado de Washington. Uno de los requisitos para otorgarle la asistencia era que cada miembro de su familia se hiciera una prueba de ADN para determinar que realmente estuviesen emparentados. Al estar listos los resultados unos agentes del Departamento de Servicio Social se reunieron de urgencia con Lydia para informarle algo terrible: según las pruebas de ADN, todos los miembros de su familia estaban relacionados, excepto ella. Los resultados mostraban que los dos niños eran hijos del novio de Lydia, pero que entre Lydia y los niños no había relación de parentesco. El panorama había cambiado, Lydia era sospechosa de fraude; se le acusaba de ser una madre sustituta pagada que pretendía recibir asistencia pública por unos niños que no son sus hijos. Cuando iba a nacer su «tercer hijo», un funcionario de la corte que llevaba el caso estuvo presente durante el parto. La prueba de ADN arrojó que ese niño tampoco era hijo de Lydia. Los funcionarios comenzaron a sospechar que el fraude era mucho más sofisticado, Lydia podía ser un vientre en alquiler.


¿Qué harías si tuvieses que defender a Lydia? Uno tras otro, los abogados rechazaban defenderla porque estaba claro el resultado de la prueba. Bueno, peor, los resultados. Porque, ante la duda de que las primeras pruebas estuviesen viciadas por algún error humano, se repitieron en dos laboratorios distintos con los mismos resultados: Lydia no era la madre de esos niños. ¿Que los certificados de nacimiento de los niños señalaban que sí eran sus hijos? ¿Que el médico obstetra atestiguaba que estuvo en los partos? Amigos, la prueba de ADN arroja una probabilidad de 99,9 por ciento de confianza cuando hay una relación de parentesco y, más aún, señala que hay 0% de probabilidades de que estén relacionados familiarmente los involucrados cuando se excluye tal relación (como el caso de Lydia). Ni las pruebas documentales ni los testigos son razones de más peso que los resultados de una prueba de ADN. ¿Ya? ¿Eso es todo? ¿Lydia no es la madre de esos niños? No tan rápido, primero entendamos algo sobre la prueba de ADN (sin ánimo de dar una clase sobre biología, para lo cual no tengo los conocimientos necesarios) y sobre los argumentos que podemos construir a partir de tales pruebas.


Las moléculas de ADN contienen el código genético de cada ser vivo. Ese código determina múltiples aspectos, desde físicos (estatura, color de los ojos o de la piel, etc.) hasta conductuales (miedos, rasgos de la personalidad, entre otros). El ADN está en todas las células de los órganos de tu cuerpo y, en principio, es el mismo en cada parte de ti. Todos los seres humanos compartimos un 99,9% del mismo código genético. Lo que nos distingue entre seres humanos se encuentra en el 0,1% del código restante (nos distinguimos entre un 1% y 2% de chimpancés y otros grandes simios; y mucho menos de Neandertales –0,3%–, de los que, además, tenemos algunos genes). Es con respecto a ese 0,1% que las pruebas de ADN funcionan: sin entrar en pormenores, ante la duda sobre si la muestra de ADN de un sujeto (A) coincide con la de otro sujeto (B), se determinan conjuntos de patrones en ciertas zonas de la secuencia de ADN de A y se los compara con los patrones en el ADN de B. Mientras más lejano sea el parentesco entre dos personas, menos parecidos serán los patrones de sus secuencias de ADN (en caso de que sean secuencias idénticas, solo hay dos posibilidades: A y B son la misma persona o A y B son gemelos idénticos –monocigóticos–).  


Un gato quimera


¿Qué tipo de argumentos a partir de las pruebas de ADN se usan en las discusiones jurídicas? Simplificando un poco, normalmente, el esquema argumentativo que se usa (y que podemos llamar «esquema a partir de la prueba de ADN») tiene la siguiente forma: 


Premisa 1: la prueba de ADN señala X

Conclusión: por lo tanto, es verdad X


En el caso de la exclusión del parentesco, el esquema anterior puede ser especificado un poco más:


Premisa 1: la prueba de ADN señala que se excluye la existencia de parentesco entre A y B

Conclusión: no hay parentesco entre A y B (A no es el padre o la madre de B)


¿Quiere decir que cuando se llega a la conclusión de que no hay parentesco entre A y B no hay posibilidades de rechazar o atacar tal afirmación? No. Veamos primero los tipos de argumentos que pueden tener lugar.


En lógica y teoría de la argumentación hay una distinción básica entre argumentos según el tipo de inferencias que contienen. Hay argumentos cuyas inferencias son deductivas (argumentos deductivos) y hay argumentos cuyas inferencias no son deductivas (argumentos no deductivos o derrotables). ¿Qué quiere decir que una inferencia sea deductiva? Sin entrar en tecnicismos, quiere decir que si a partir de un conjunto de premisas se infiere una conclusión, esa conclusión será imposible de rechazar aunque se agregue más información a las premisas. Por ejemplo, si aceptamos que ninguna persona (sin excepción) puede estar en dos sitios al mismo tiempo, y aceptamos que María es una persona, es necesario concluir que María no puede estar en dos sitios al mismo tiempo. Ninguna información que se agregue, siempre y cuando mantenga las premisas originales, será capaz de hacer variar esa conclusión. Eso no quiere decir que si se quitan premisas tampoco caerá la conclusión, la definición no nos garantiza nada en ese caso. Por ejemplo, si eliminamos la premisa «María es una persona», por supuesto, ya no será sostenible la conclusión, pues no tendríamos suficiente información sobre María (María pudiera ser el nombre de un programa de televisión o de un espíritu, para quien crea en espíritus).     


En cambio, en los argumentos derrotables no hay garantías de que si se agrega información se mantendrá la conclusión previamente inferida. Por ejemplo, si aceptamos que, normalmente, las mujeres que se llaman María provienen de familias católicas, y aceptamos que esta mujer se llama María; podemos concluir, mientras nada diga lo contrario, que esta mujer proviene de una familia católica. Pero, evidentemente, la conclusión es derrotable: si nos enteramos que a esta mujer le pusieron ese nombre, no por la virgen María, sino por la telenovela «María la del barrio», y, además, la familia de María es china, ya no podemos mantener la conclusión de que, plausiblemente, María proviene de una familia católica (lo que no es igual a decir que María no proviene de una familia católica). Nosotros, seres humanos, en nuestra vida cotidiana, usamos mucho más los argumentos y razonamientos de conclusiones derrotables que los de conclusiones deductivas, porque usualmente no tenemos, ni podemos tener, información completa sobre cada problema que se nos presenta. Por eso es difícil programar una inteligencia artificial: necesita saber actuar sin determinar todas las consecuencias posibles y sin detenerse a revisar toda la información de su entorno.


Pues bien, aunque la prueba de ADN excluya el parentesco entre dos personas, A y B, y pese a que su confiabilidad sea de 100%, no quiere decir que seamos capaces de concluir deductivamente que A y B no están relacionados familiarmente. Ninguno de los esquemas que hemos mencionado más arriba es deductivo, porque es posible que nueva información fuerce a modificar o desechar la conclusión sobre el parentesco. Por ejemplo, en ambos esquemas se puede agregar que la muestra de donde se extrajo ADN fue mal colectada o estaba viciada de algún modo. Esta información no altera las premisas originales, pues sigue siendo verdad que la prueba de ADN indica que no hay parentesco; sólo que, pese a ello, ahora hay información que impide concluir que es verdad lo que indica la prueba de ADN (lo que no quiere decir que sea falso lo indicado por la prueba). Cuando se nos dice que la prueba de ADN es 99,9% o 100% confiable se presupone que la prueba no esté viciada. Atacar esa suposición fue una de las estrategias argumentativas que usó la defensa de O.J. Simpson en el famoso juicio. Pero, no solo eso.


El caso de Lydia Fairchild es increíble porque había seguridad en cuanto a que las pruebas no estaban viciadas de alguna manera: sus resultados habían sido replicados en diversos laboratorios y con respecto a los tres niños. ¿Qué evidencia podía agregarse para derrotar la conclusión de que Lydia no era la madre de esos niños? Después de muchos quebraderos de cabeza, los abogados fueron informados de un caso parecido que los condujo a una hipótesis rarísima: Lydia era una quimera. Recuerda que antes dijimos que el ADN está en todas las células de los órganos y, en principio, es el mismo en todas partes de tu cuerpo. Pues bien, las quimeras son una excepción a esta afirmación: no todas las células de su cuerpo tienen la misma información genética, el mismo ADN. La forma natural de originar una quimera es mediante la mezcla de información genética de, al menos, dos cigotos distintos. Es posible que en las primeras etapas de la gestación haya dos o más embriones (gemelos no idénticos) que no terminen de formarse como seres diferenciados, sino que, en algún momento, se unan en uno solo. Como cada uno de esos embriones tenía su propio ADN, distinto al de los demás, el resultado es un ser vivo compartiendo células con diferente información genética. Y no creas que esto es tan raro, como dice este gran artículo: «las quimeras al parecer no son raras, sino que rara vez se descubren». 


Las muestras de ADN de Lydia siempre habían provenido del cabello y la piel. Para la nueva prueba de ADN se obtuvo la muestra del cuello uterino. Y, oh sorpresa, la nueva prueba arrojaba un resultado positivo: se podía concluir que había una relación de parentesco entre Lydia y los tres niños. Solo las células de ciertos órganos de su cuerpo tenían material genético que coincidía con el ADN de sus hijos. Desde el punto de vista argumentativo, lo que lograron los abogados de Lydia fue agregar información que derrotaba la conclusión inicial del argumento. Lydia era la madre, Lydia era una quimera.


Fuentes:

El sorprendente caso de quimera http://www.jotdown.es/2016/03/sorprendente-caso-quimera/

Wikipedia https://en.wikipedia.org/wiki/Lydia_Fairchild

She`s her own twin http://abcnews.go.com/Primetime/shes-twin/story?id=2315693


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