El juicio sobre si el glifosato causa cáncer

Uno de los juicios más sonados de este 2018 ha sido el de Dewayne Johnson contra Monsanto (puedes ver toda la documentación en: link). En esta entrada analizaremos algunos de los argumentos principales del demandante y de la defensa y hablaremos un poco de la decisión que se ha tomado.


Un poco de contexto. Dewayne Johnson es un señor que trabajaba como jardinero de una escuela estatal en California. Entre sus labores estaba la aplicación de los herbicidas Round Up y Ranger Prode la empresa Monsanto de Bayer (de ahora en adelante, cuando hablemos de Round Up nos referiremos a ambos productos).


El elemento principal del Round Up es el glifosato, una sustancia que es publicitada desde hace décadas como un efectivo herbicida que no es tóxico para animales, humanos y no humanos. Durante mucho tiempo, algunos grupos han cuestionado la no toxicidad del glifosato y advierten que es cancerígeno. Sin embargo, hasta 2015 el glifosato había pasado todas las pruebas de las agencias y organismos encargados de estudiar los riesgos para la salud de los productos que consumimos y las actividades que realizamos. Entre otros, han descartado que el glifosato sea cancerígeno la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, EPA (por sus siglas en inglés), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y tres organismos de la Organización Mundial para la Salud (OMS): el Programa Internacional sobre Seguridad Química, el Grupo Central de Evaluación y las Normativas para la Calidad del Agua Potables.


Eso fue hasta 2015, cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, IARC (por sus siglas en inglés), emitió un informe que resultó un bombazo mediático y científico: el glifosato era clasificado como probablemente cancerígeno. A decir verdad, la decisión del IARC ha sido bastante controvertida, no pocos científicos y organismos han criticado dicha clasificación, por cuanto, según afirman, el IARC no tomó en cuenta toda la evidencia disponible.


Desde 2013 o 2014 (es controvertido el momento) el señor Johnson comenzó a sentir rash en el cuerpo y en la cara. El señor Johnson sospechaba de la exposición prolongada al Round Up. Incluso llama a la empresa. Su condición sigue empeorando hasta ser diagnosticado con linfoma no Hoddking (NHL). Pese al tratamiento de rigor, el cáncer progresa. Los médicos le dicen al señor Johnson que le queda poco tiempo de vida. Decide demandar a Monsanto.



La demanda

El Sr. Johnson demandó civilmente a Round Up por tres motivos: 1- fallo en el diseño del producto que ocasionó que no funcionara de manera tan segura como un consumidor promedio hubiese esperado; 2- fallo en advertir adecuadamente de los peligros del producto; 3- negligencia de la empresa en advertir o instruir acerca de las condiciones peligrosas del producto o sobre hechos que harían que el producto fuese peligroso.


Veamos un poco más de cerca el primer motivo. En California, cuando se demanda por fallo del diseño de un producto el demandante debe probar lo siguiente: (a) que el producto es uno sobre el que un consumidor ordinario pudiera formarse  un mínimo razonable de expectativas de seguridad; (b) que la empresa demandada es la que manufactura, distribuye o vende el producto en cuestión; (c) que el producto usado por el demandante no actuó de forma tan segura como hubiera esperado un consumidor ordinario  al usarlo o mal-usarlo de una manera razonablemente previsible; (d) que el demandante ha sido lesionado y (e) que el fallo en el desempeño del producto fue un factor sustancial en la causa de esa lesión.

Lo más importante que debe determinarse en este caso (y también con respecto al segundo motivo) es que el fallo en el desempeño de Round Up fue un factor sustancial en el desarrollo del cáncer del señor Johnson (e); por eso, en esta entrada nos dedicaremos al análisis de los argumentos principales con respecto a ese punto. Ahora bien, como los veredictos de los jurados no son motivados, no contamos con los argumentos que condujeron a la decisión que se tomó. De allí que nos enfocaremos en los argumentos de cierre de las partes ante el jurado.



Argumentos de cierre del demandante 

La estrategia del abogado de la parte demandante para convencer al jurado de que el producto fue un factor sustancial en el cáncer desarrollado por el señor Johnson fue, en primer lugar, demostrar que Round Up era un factor en el desarrollo de cáncer en general, no solo en el caso del señor Johnson; y, en segundo lugar, demostrar la existencia de un vínculo de causalidad entre el uso del producto y la enfermedad del señor Johnson.


En juicios de este calibre existe todo un bosque de argumentos de uno y otro lado, intentando inclinar al jurado a su favor y en contra de la otra parte. Sin embargo, lo que queda claro es que los últimos estudios de entes reguladores fueron los que más peso tuvieron en la argumentación de los abogados. En el caso del demandante, se puede decir que la demanda no existiría –o de existir, no hubiese tenido ninguna probabilidad de éxito– sin el último informe del IARC. Como ya he mencionado, el IARC clasificó como «probablemente cancerígeno» al glifosato, el elemento principal del Round Up y del Ranger Pro. El demandante usa el informe del IARC como evidencia principal de que el Round Up es cancerígeno.


Pues bien, el demandante hace hincapié en que para determinar si el Round Up, o su elemento principal, el glifosato, es cancerígeno se deben tomar en cuenta tres tipos de estudios: estudios epidemiológicos (se estudian las consecuencias a largo plazo del producto en el uso cotidiano), toxicológicos (se estudia la toxicidad del producto, normalmente en animales) y celulares o de mecanismos (se estudia en las células cuál es el mecanismo específico que pudiera resultar dañino). Las decisiones del IARC se basan en la revisión de las publicaciones científicas en cada uno de esto tres tipos de estudios, así que su informe cumple con esta condición.


¿Y qué dijo el IARC? Según el demandante, el IARC señaló que desde el punto de vista epidemiológico es limitada la evidencia de si el glifosato es cancerígeno (no se puede descartar que los resultados sean producto del azar o de algún sesgo no detectado), pero que los estudios toxicológicos y de mecanismos muestran suficiente evidencia de que el glifosato es cancerígeno.


El demandante reconoce que desde el punto de vista epidemiológico es limitada la evidencia, pero señala que para llegar a las conclusiones correctas es necesario mirar todo el conjunto de estudios: epidemiológicos, toxicológicos y de mecanismos. Y al mirarlos, según él, está clara la relación causal entre el glifosato y el cáncer.


Puedes leer la transcripción del cierre aquí.


Argumentos de cierre del demandado

Recordemos que, en demandas civiles de esta índole, es la parte demandante la que, en principio, tiene la carga de la prueba: debe demostrar cada una de las afirmaciones en las que se basa su pretensión. En el caso específico, el demandante debía probar los elementos que ya hemos mencionado al principio, especialmente que el Round Up fue un factor sustancial en el cáncer que desarrolló el señor Johnson. Pero, además, es importante señalar un punto al que no hemos hecho mención: el estándar probatorio de los juicios civiles es más débil que el de los juicios penales. En los juicios civiles solo se necesita que sea más probable la verdad de lo afirmado por el demandante para que se declare a su favor (estándar de probabilidad prevalente). No se necesita, como en los juicios penales, que se pruebe más allá de toda duda razonable. De allí que el objetivo de la estrategia del demandado sea sembrar la duda en el jurado a tal punto que, si no puede convencerlos de su defensa, al menos no puedan decidir cuáles argumentos son más fuertes ni cuáles afirmaciones son más probables.


El abogado de la parte demandada desarrolla esa estrategia basando sus principales argumentos en las interpretaciones de los expertos que trajo al juicio y en las conclusiones de algunos entes reguladores. Solo nombraré los estudios que me parecen más relevantes.


Tal vez el argumento más importante a favor de Monsanto es que el ente regulador EPA ha concluido, una y otra vez, que no hay evidencia de que el glifosato sea cancerígeno. Según el demandante, el último estudio de EPA toma en cuenta muchos más elementos que el del IARC, además que también cubre los tres aspectos: los estudios epidemiológicos, los toxicológicos y los celulares o de mecanismos.


Otro de los estudios que mostró el abogado del demandante fue del Journal of the National Cancer Institute (JNCI) de 2018. En ese número del Journal se recogen los estudios más recientes sobre herbicidas. La conclusión a la que se llega en sus páginas es que «no hay evidencia de alguna asociación entre el glifosato y el riesgo de ningún tipo de tumor sólido o linfoide maligno, incluyendo el NHL y sus subtipos». Dado que el cáncer que tiene el señor Johnson es un subtipo de NHL, su cáncer no estaría relacionado con el glifosato.


El demandado también le resta importancia a los estudios toxicológicos y de mecanismos, y usa a su favor las conclusiones del IARC sobre los estudios epidemiológicos.  


Puedes leer la transcripción del cierre aquí.

OBJECIONES DE LAS PARTES

El demandante atacó prácticamente todas las evidencias que trajo Monsanto. Veamos las dos objeciones que señaló con respecto a EPA y con respecto al JNCI de 2018.


- EPA: el contraargumento principal es que ese informe fue aprobado por el consejo científico que lo examinó solo con fines de evaluar el estado mental de Monsanto frente al estado actual de la ciencia y no para otros propósitos. La causa de esa aprobación limitada del informe fue que EPA no siguió algunos lineamientos científicos.


Este tipo de objeción es llamada en Teoría de la Argumentación «ataque recusatorio» (undercut attack). El recusatorio no ataca directamente la verdad de una afirmación, sino la relevancia de una premisa para inferir cierta conclusión. El caso paradigmático de ataque recusatorio ocurre cuando se ataca la confiabilidad de un testigo. Es una forma de poner en tela de juicio lo señalado por alguien.


Es importante destacar que el demandado replicó a tal recusatorio señalando que, aunque es verdad que el informe de EPA es limitado, un informe posterior de ese organismo, de 2017, llega a las mismas conclusiones.    


- JNCI: contra el Journal el abogado aplicó una estrategia distinta. En vez de ponerla en duda, señaló que aunque el JNCI indica que no hay evidencia de riesgo con respecto al NHL en general, afirma que el riesgo es alto para linfomas de células T, que es el tipo específico de NHL que tiene el señor Johnson. En otras palabras, el demandado contradice totalmente lo que afirmó la parte demandada sobre el JNCI. ¿Quién tiene la razón?


- Por su parte, la principal objeción del demandado con respecto a lo que señaló el abogado demandante sobre el informe del IARC es que lo allí se indica es la existencia de un riesgo de cáncer aunque muy bajo con los niveles de exposición actuales. En otras palabras, el demandado intenta refutar que del informe del IARC se pueda concluir, sin más, que el glifosato causa cáncer.


Meta-argumentos del demandado

El otro movimiento argumentativo del demandado es algo que llamamos «meta-argumentación». Un meta-argumento es un argumento sobre cómo deben evaluarse los argumentos de una discusión. En el caso concreto, el demandado se pone a valorar cuál de los estudios, el del IARC o el de EPA, tiene más fuerza o debería tener más peso en las conclusiones del jurado. Por supuesto, el abogado de Monsanto considera que el informe de EPA es mejor. La razón principal que aduce es que EPA toma en cuenta mucha más información para llegar a sus conclusiones. IARC solo usa artículos publicados. 

EVALUACIÓN DE LOS ARGUMENTOS

En este apartado analizaremos solo los argumentos que hemos visto. Los abogados, en casos tan trascendentales, tendemos a ser muy prolíficos argumentando, pero siempre hay un núcleo de argumentos que resultan esenciales para el éxito de nuestras pretensiones. Con esto quiero decir que la evaluación que a continuación presentaré es parcial pero que difícilmente hubiese cambiado si hubiéramos agregado más de las razones y objeciones alegadas por las partes. En concreto, cualquier decisión pasaba por el punto que hemos estudiado: si no nos convence la evidencia de que el glifosato (y, en consecuencia, Round-Up) es un factor sustancial en la generación de cáncer, no podemos concluir que Round-Up fue un factor sustancial en la generación del cáncer del Sr. Johnson y, por tanto, tenemos que decidir en contra del señor Johnson.


Ahora bien, en este caso debemos apelar a elementos externos a los argumento de la discusión para poder evaluar objetivamente. En concreto, necesitamos revisar las fuentes originales (los informes y otros escritos científicos) para tener una idea de lo que concluyeron.

Comencemos:


EPA vs IARC.


- Es verdad que el informe de EPA de 2016 es limitado, pero también es verdad que, en su informe de 2017, EPA llegó a las mismas conclusiones con respecto al glifosato: no hay evidencia de que sea cancerígeno.


- Aunque, según el demandado, EPA toma en cuenta muchos más datos que el IARC, es difícil concluir que eso hace que el informe de este último sea más débil como evidencia. IARC toma en cuenta los artículos publicados hasta el momento, así que no se puede alegar que sea incompleto, poco confiable o una pieza menor de información.


- Pero eso quiere decir que, siendo conservadores, en la comparación de ambos razonamientos quedamos en tablas: ninguno de los dos argumentos puede ser declarado ganador o más fuerte que el otro.


JNCI:


- Es verdad que el estudio recogido en el JNCI (llamado «Estudio de Salud Agrícola» –AHS–) es epidemiológico, pero es el estudio más amplio que se ha hecho con respecto al glifosato: 54.251 aplicadores de herbicidas de Carolina del Norte y Iowa, de los cuales 44.932 (82.8%) usaban glifosato, todos con más de veinte años usando el producto.


- El estudio del JNCI es de 2018, posterior al informe del IARC. Sin embargo, no estoy seguro de si IARC hubiese cambiado sus conclusiones de conocer los resultados de este estudio, porque, por una parte, ya el IARC reconocía que desde el punto de vista epidemiológico era limitada la evidencia de que el glifosato fuese cancerígeno y, por otra parte, los miembros del IARC sí conocían los resultados previos del AHS: el estudio recogido en el JNCI es una actualización del realizado entre 2012 y 2013. De hecho, una de las críticas al IARC fue que su director reconoció que sabía de los datos del AHS desde 2013, pero que no lo tomaron en cuenta porque no habían sido publicados.


- Hasta donde puedo ver en el artículo del JNCI (ver), y nadie que he leído afirma lo contrario (excepto el abogado demandante), las conclusiones del estudio son claras, cito: no association was apparent between glyphosate and any solid tumors or lymphoid malignancies overall, including NHL and its subtypes (no se evidenció ninguna asociación entre el glifosato y cualquier tipo de tumor sólido o malignidad linfoide en general, incluyendo NHL y sus subtipos). En otras palabras es falso lo que afirma el abogado demandante sobre lo que indica el JNCI (que no hay evidencia de riesgo con respecto al NHL en general, pero que sí hay un alto riesgo para linfomas de células T, que es el subtipo de NHL que tiene el señor Johnson).


- La cuestión, entonces, es que se acumulan estudios que rechazan las conclusiones a las que llegó el IARC. De manera que, al evaluar los argumentos, o se inclina la balanza hacia el lado del demandado o, por lo menos, sigue quedando equilibrada para ambas partes.


- Pero al quedar por lo menos equilibrada la balanza de argumentos, si seguimos el estándar de prueba de preponderancia de la evidencia, se debe concluir que no se ha demostrado que el Round Up haya sido el causante, o sea un factor sustancial, del cáncer del señor Johnson. Al no estar claro si el glifosato es un factor sustancial de generación de cáncer, no  puede estar claro tampoco si el cáncer del señor Johnson fue causado por el uso del producto en cuestión.



LA DECISIÓN DEL JURADO

Eso no fue lo que decidió el jurado. Si esta sentencia ha dado la vuelta al mundo es porque se decidió indemnizar al señor Johnson por los daños causados por el uso de los productos de Monsanto (¡78 millones de dólares!). El jurado decidió que el fallo en el diseño del Round Up había sido un factor sustancial del cáncer del señor Johnson.


No hay forma de saber cuál fue la línea argumentativa que convenció al jurado, pero el informe del IARC y las dotes persuasivas del abogado demandante seguramente jugaron un papel preponderante.

Y esta decisión se hace más controversial por lo que viene detrás de ella: en todo Estados Unidos hay cientos de casos del mismo tipo contra Monsanto. Así que se puede llevar a la quiebra a la empresa sin que se haya demostrado, científicamente, que efectivamente es un factor de riesgo de cáncer. 


Hace unos días, Monsanto presentó su apelación de la decisión. Ya veremos qué sucede con este interesante caso.

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