5 habilidades argumentativas que debe manejar el abogado excelente
5 HABILIDADES ARGUMENTATIVAS QUE DEBE MANEJAR EL ABOGADO EXCELENTE
No podemos cansarnos de decirlo: la argumentación es esencial para los abogados.
El Derecho es, en nuestros días, fundamentalmente argumentativo: se basa en el análisis de razones, construcción de argumentos, manejo de objeciones, ataques a los argumentos contrarios y detección de los mejores argumentos en los debates jurídicos.
Esto parece reconocerlo la mayoría de los abogados. Aunque, lamentablemente, aún no se refleja en gran parte de nuestras universidades.
Pero, realmente, ¿qué debe aprender un abogado para que podamos afirmar que sabe argumentar jurídicamente?
A continuación verán 5 habilidades que tienen que estar, necesariamente, en el portafolio de conocimientos que debe desarrollar el abogado que busca la excelencia, la verdad, la justicia y la ética.
Esas habilidades tienen que ver con cinco competencias fundamentales que componen el estudio y práctica de la Teoría de la Argumentación: saber detectar argumentos, saber construirlos y reconstruirlos, saber evaluarlos y saber atacarlos correctamente.
Las habilidades argumentativas que debe tener un abogado son:
- Detectar todo tipo de argumentos, simples y complejos, en contextos jurídicos;
- Analizar y reconstruir detalladamente argumentos usuales en el Derecho;
- Evaluar cuáles son los mejores razonamientos que puede usar en una discusión jurídica.
- Determinar cómo atacar los argumentos de la otra parte y manejar las objeciones a los propios.
- Detectar las principales falacias que ocurren en discusiones jurídicas.
Habilidad Nº 1- Detectar argumentos
Consiste en saber identificar los principales argumentos y sus relaciones en el debate, con el fin de entender todo el entramado de argumentos, sean de la contraparte, de una sentencia o los propios.
Para ello es necesario comprender el contexto del debate, cuáles son los conflictos que se presentan, qué posición toma cada una de las partes al respecto y cuáles son las razones por las que defienden sus respectivas posturas.
Algunas herramientas y conceptos importantes: marcadores argumentativos, problemas argumentativos, premisas y conclusiones, funciones del lenguaje, argumentos subordinados, paralelos, concurrentes, múltiples y divergentes.
Obteniendo la habilidad Nº1 el abogado es capaz de:
- Determinar los argumentos de la contraparte y del juez;
- Identificar los principales argumentos que puede usar para defender a su representado;
- Entender de manera organizada y analítica los casos difíciles, lo que dice la doctrina, la jurisprudencia.
Habilidad Nº 2- Analizar y reconstruir argumentos
Consiste en interpretar y reconstruir detalladamente las estructuras de los argumentos del debate jurídico, según las pretensiones de las partes, con el fin de que los principales argumentos queden claramente establecidos.
Para ello es necesario aprender a manejar las operaciones de reconstrucción de argumentos y conocer la mayor cantidad posible de argumentos frecuentes en los debates jurídicos, tanto los de interpretación normativa como los argumentos generales y de razonamiento probatorio.
Algunas herramientas y conceptos importantes: adición, supresión, permutación y sustitución argumentativa, esquemas argumentativos simples y complejos, modus ponens, silogismos, abductivos, analogía, inductivos, a fortiori, a contrario, entre otros.
Obteniendo la habilidad Nº 2 el abogado es capaz de:
- Detallar e interpretar lo que quiso decir el juez, la contraparte o su representado;
- Redactar, organizar y exponer sus argumentos de manera clara.
- Aumentar la rapidez con la que responde y construye argumentos.
- Brindar diversas interpretaciones de las normas y cómo calificar hechos.
Habilidad Nº 3- Evaluar argumentos
Consiste en saber determinar cuáles son los mejores argumentos de una discusión. No solo cuáles son los que convencen al público, sino también cuáles son más fuertes, objetivamente hablando, cuáles tienen mejor apoyo y cuáles no han sido atacados o se defienden exitosamente.
Para ello es necesario aprender a comparar la fuerza de los argumentos, identificar las falencias de cada argumento y manejar las preguntas críticas básicas ante argumentos simples.
Algunas herramientas y conceptos importantes: aceptabilidad, relevancia y fundamentación de los argumentos. Preguntas críticas básicas.
Obteniendo la habilidad Nº 3 el abogado es capaz de:
- Determinar los puntos débiles de los argumentos de la contraparte.
- Criticar o defender con base las razones de una sentencia.
- Identificar los puntos débiles de los argumentos propios y cómo defenderlos mejor.
Habilidad Nº 4- Atacar argumentos y manejar objeciones
Consiste, por una parte, en aprender a trazar estrategias de ataque efectivas contra los argumentos contrarios, que los debilite lo suficiente como para que sean calificados de injustificados en el contexto del debate.
Por otra parte, implica aprender a detectar las debilidades de los argumentos propios y cómo defenderse de los ataques de la contraparte.
Para ello es necesario identificar los puntos débiles del argumento rival, hacer las preguntas críticas de distintos tipos de argumentos jurídicos y aprender los distintos tipos de ataque y defensa que existen.
Algunas herramientas y conceptos importantes: ataque refutatorio, recusatorio y socavatorio, preguntas críticas ante esquemas argumentativos abductivos, por las consecuencias, a contrario, a fortiori, analogía; efectos de ataques en argumentos subordinados, múltiples, coordinados, concurrentes y divergentes.
Obteniendo la habilidad Nº 4 el abogado es capaz de:
- Atacar con fuerza y buena base los argumentos de la contraparte o del juez en una apelación.
- Criticar o defender mediante un análisis profundo la doctrina jurídica.
- Adelantarse a las posibles objeciones y trazar estrategias para defender las posturas propias.
- Aumentar la rapidez con la que se consiguen críticas y ataques a los argumentos y posturas rivales.
Habilidad Nº 5- Detectar falacias en contextos jurídicos
Consiste en la identificación de fallos argumentativos y errores de razonamiento que pongan en peligro la resolución racional de los debates jurídicos, así como la búsqueda de la verdad y de la justicia en contextos judiciales.
Para ello es necesario aprender una gama amplia de falacias. Además, es necesario aprender a interpretar de manera cuidadosa los textos y argumentos.
Algunas herramientas y conceptos importantes: falacia, sesgo cognitivo, paralogismo, sofisma; falacias como ad hominem, ad verecundiam, afirmación del consecuente, falacia del espantapájaros, falsa analogía, errónea abducción, la falacia del fiscal, entre otras.
Obteniendo la habilidad Nº 5 el abogado es capaz de:
- Desarmar los argumentos falaces y persuasivos (pero sofísticos) de la contraparte.
- Criticar de manera profunda los errores de razonamiento en sentencias o en la doctrina.
- Mejorar la calidad de sus razonamientos y del pensamiento crítico, evitando caer en errores y falacias.